El cuarto día fue el que más tarde llegué a Sitges. Parece que cada día estoy menos tiempo en el festival. Por desgracia me tuve que perder el photocall de David Prowse (el tío de dentro del traje de Darth Vader) y la masterclass de Rick Baker, genio de los efectos especiales y monster maker. Pero bueno, aún tengo esperanzas de encontrármelos solicos por el Melià. Llegué tarde pero lo suficiente para los visionados del día: ‘El cadáver de Anna Fritz’ y ‘Night Fare’.
Sólo dos películas pero bien cargaditas. Antes de la proyección de la cinta con tema necrofílico se presentó por sorpresa David Prowse para recibir una improvisada María Honorífica. Prowse se sentó y empezó a hablar sobre cómo empezó a interesarse por el deporte y acabar siendo campeón de halterofilia. Luego hablo sobre su vida tras el encuentro en la puerta de su casa de los directores del documental ‘I Am Your Father’ y como le hizo volver a ser el centro de las miradas de los fans de Star Wars. Estuvo rato, rozando la pesadez, y al final el pobre se esperaba Q&A pero le tuvieron que ‘echar’ para dar paso al equipo de la película.
Por cierto, genial ambientación para presentar ‘El cadáver de Anna Fritz’: tarjetas recordatorias de tanatorio y libro de visitas antes de entrar al Auditori y luego una corona de flores en el escenario para presentar al equipo al completo. Con estas cosas virales ME GANAN.
¿Con ‘Night Fare’ también hubo show? Sí, pero de otro tipo. A media tarde un generador falló y dejó sin luz varias manzanas incluyendo el cine El Retiro. Entre idas y venidas al final hubo 1h de retraso en la sesiones, hecho que me perjudicó el visionado de la cinta francesa. Es decir, de los 80 minutos que dura sólo me vi 65, ya que sino hubiera perdido el tren para regresar a Barcelona. Lo dicho, esto de ir y volver en tren es una MIERDA. Menos mal que… ¡se acabó!
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‘EL CADÁVER DE ANNA FRITZ’, los grandes problemas de la necrofília
¿De qué va? La famosa actriz Anna Fritz acaba de morir. Pau que trabaja en la morgue del hospital donde su cuerpo descansa, recibe la visita de dos amigos. La tentación de poder contemplar el cuerpo de alguien así es demasiado grande y aun más el poder disponer de su cuerpo totalmente desnudo. Una vez allí, todo se volverá macabro y acabarán practicando sexo con el cuerpo sin vida de Fritz, con unas desastrosas consecuencias.
¿Quién la hace y quién sale? Debut como director del guionista Hèctor Hernández Vicens. El director cuenta con un reparto protagonizado por los actores catalanes Alba Ribas, Bernat Saumell y Cristian Valencia, vistos en ‘Barcelona, noche de verano’ (2013) y el más que desconocido Albert Carbó.
Mini crítica: Dejémoslo claro: no hay debate sobre la moralidad de la necrofilia. Punto. De hecho, la cinta no llega a ser tan morbosa como una espera y lo más provocador que tiene es su premisa. Tras ella se nos queda un modesto thriller que a pesar de sus fallos (guión perruno, personajes tontos y malas actuaciones) entretiene.
A nivel de realización tiene recursos bien aplicados pero una atmósfera más oscura y enfermiza para crear mejor la tensión de varios momentos, un guión más coherentes y menos perruno, y sobretodo unas mejores actuaciones del trío protagonista, hubieran hecho de esta cinta algo que hasta el mismísmo Hitchcock aprobaría.
Baldómetro: Regular 3/5
‘NIGHT FARE’, chorras persecuciones por París
¿De qué va? Luc y Chris son dos amigos ingleses que montan en un taxi para llegar a casa tras una noche de borrachera en París. Una vez en su destino, bajan del coche sin pagar, pero la jugarreta les saldrá cara: el taxista empezará a perseguirlos en coche y a pie haciendo de la noche una auténtica pesadilla.
¿Quién la hace y quién sale? Se trata del regreso de Julien Seri, aquel galo co-responsable de ‘Yamakasi’ (2001), tras ocho años de sequía. Jonathan Howard, la bella Fanny Valette y Jonathan Demurger son los perseguidos; Jess Liaudin el incansable perseguidor.
Mini crítica: Lo mejor de ella es el tráiler. Una vez más. La cinta de Seri prometía ser un ‘El diablo sobre ruedas’ (1971) urbano, pero acaba siendo una chorrada decepcionante. La idea del final no es mala, pero su desarrollo es torpe y mezcla bastante mal el drama y la acción.
A destacar la fotografía oscura, los planos a cámara lenta, la banda sonora o la violencia con su justo toque de gore, pero el tufillo de serie B que se marca y los fallos anteriormente comentados sólo producen una reacción en el espectador que la ve incluso en un festival como el de Sitges: aburrimiento.
Baldómetro: Mala 2/5