La popular empresa de juguetes Playmobil nació en 1974 de la mano de Hans Beck con la idea de estimular la imaginación y creatividad de los niños. Desde entonces más de 3 miles de millones de figuras han sido creados con dicho fin y 45 años después llegan a la gran pantalla con la idea de seguir haciendo disfrutar a los más pequeños, pero también a los mayores que se han criado creando miles de divertidas historias.
Probablemente, muchos piensen que esta adaptación llega tarde, ya que “su gran competidor” (lo pongo entre comillas ya que creo que ambas empresas son compatibles en el mercado y no deberían considerarse rivales), LEGO empezó mucho antes en esto de trasladar a la gran pantalla historias con sus personajes y, realmente, la fórmula que han creado es efectiva.
La idea de crear una película inspirada en estos juguetes sí que surgió a partir del éxito cosechado por La LEGO Película (2014), pero no quisieron acelerar el proceso y prefirieron ir poco a poco para no cometer errores. Ahora bien, quizás este retraso sí ha supuesto un problema cara al espectador, ya que mientras han podido ver la segunda entrega de The Lego Movie (estrenada este mismo año), así como el spin-off protagonizado por uno de sus personajes más emblemáticos, Batman: La LEGO Película (2017).
Playmobil: The Movie narra la historia de Marla, una chica que viaja al mundo mágico de Playmobil para encontrar a su hermano pequeño Charlie, el cual ha desaparecido de golpe. A lo largo de la aventura, se cruzará con personajes como Del, un cocinero parlanchín que conduce una food-truck, el carismático espía Rex Dasher, un robot muy particular y una extravagante hada madrina.
Como antes decía esta película empezó a gestarse hará 4 años, tiempo suficiente para hacer que LEGO se consolidara como la empresa de juguetes que hace films divertidos sobre sus muñecos y mundos y eso es un problema. Las comparaciones son odiosas, solo hace falta ver la polémica que despierta este tema también en el mundo del cómic entre Marvel y DC y, aunque yo considere que ambas empresas son compatibles; si te gustan los cómics, ¿por qué escoger entre unos pudiendo tener el doble de diversión?
Pues lo mismo con los juguetes: de pequeña tuve sets de ambos, los dos me gustaban mucho y muchas veces acababa creando historias mezclando ambos mundos, al fin y al cabo los niños no disciernen entre estas cosas y hacen bien. Ahora bien, el conflicto reside en qué el espectador se ha acostumbrado a ver LEGOs en pantalla y no tiene en mente la idea de que los Playmobils también pueden tener su propia película y si van a verla con los niños acabaran comparando cada detalle con lo que ya han visto sobre juguetes.
Dejando de lado el tema de comparaciones, diré que se trata de una adaptación correcta, que denota un esfuerzo por llegar al público joven aportando toques fantásticos, junto a la comedia y acción y realizando un repaso por casi todos los mundos del universo que conforma la empresa. Un universo que está creado con mucho mimo e imaginación, gracias a la gran variedad de accesorios y detalles que hacen que todos los dioramas acaben unidos en un solo mundo.
Como punto original destacar la introducción dramática con personajes reales que tras una desgracia acaba transformando en muñecos de plástico a sus protagonistas. Dicha conversión acaba chocando, ya que se toman ciertas libertades al adaptar las figuras clásicas a la gran pantalla, es decir, los originales no tienen codos ni rodillas, en cambio en la película enseguida empiezan a doblar las extremidades cosa que impacta y saca un poco de contexto, aunque al pensarlo fríamente tiene sentido que sea así para dar más dinamismo a sus personajes.
Algo que no me acabó de convencer son sus números musicales, acaban desfilando sin pena ni gloria por sus escenarios desaprovechando una gran ocasión por hacer que la cinta y sus letras sean recordadas y memorables. No es que sean malos, simplemente son planos y modestos. Lo mismo sucede con las construcciones, ya que no arriesgan. La planificación y puesta en escena inicial, acaba desdibujada con una apuesta que no invita a la imaginación, todo lo siguen a rajatabla.
En definitiva, se trata de una apuesta estándar que parece que tiene miedo a destacar y que intenta colarse tímidamente en el colosal mundo de la animación. Y más bien debería ser al contrario, ya que al aterrizar tarde en este sector deberían haberse arriesgado y ofrecer un producto más excitante. Ya que así parece que sea un catálogo de juguetes con la intención de vender más productos de sus novedades pero, ¿acaso es la única empresa que usa dicha técnica de marketing?
Lo mejor: La versatilidad a la hora de cambiar de escenarios y de integrar a sus personajes.
Lo peor: El exceso de los números musicales y lo tarde que ha llegado una adaptación de estos juguetes.
Nota: 6