Una vez superado el primer fin de semana toca volver a al rutina de padre de dos hijos. Llevar a los peques por la mañana, hacer varias movidas y por la tarde…. ¡SITGES! El lunes 8 de octubre cayeron dos películas en el Retiro: una buena y otra mala.
#MANHOLE, redes sociales de alcantarilla
¿QUIEN LA HACE Y QUIEN SALE? Está dirigida por Kazuyoshi Kumakiri, director con un largo recorrido en el cine nipón que debutó en 1998 con la película de terror de culto KICHIKU: BANQUET OF THE BEASTS. El actor Yûto Nakajima es el absoluto protagonista de ella.
¿DE QUÉ VA? Un oficinista cae en una alcantarilla profunda después de su despedida de soltero. Sin saber dónde está, con una pierna malherida y sin posibilidad de escapar tendrá que recurrir a las redes sociales para intentar obtener ayuda.
CRÍTICA | La BURIED (2010) japonesa pegada al móvil. No hay nada mejor para describir este thriller con tensión, giros y una gran crítica a esas redes sociales de las que no somos capaces de desprendernos. No me lo esperaba pero esta película va al TOP3.
Primero porque desde el principio va al grano con la historia y a partir de ahí consigue mantenerte atento durante sus 90 minutos, algo necesario en este tipo de películas con un único escenario. El guion consigue sorprender (ojo a su final) y más allá de un par de momentos surrealistas o de algún que otro cabo suelto, todo es creíble y coherente.
Como os podréis imaginar la cinta tiene su dosis de crítica al uso de las redes sociales. Para bien y para mal. Y nos hace un amplio abanico de posibilidades de usuarios, desde el anónimo más chalado, el streamer que conecta a todas horas y hasta con los motivados que investigan un caso gracias a cualquier mínimo detalle.
En temas de dirección y de actuación no sorprende, es bastante plana, pero dónde si destaca en su montaje y en el uso de los insertos en pantalla del móvil. La trama se desarrolla a través del pequeño dispositivo con llamadas o mensajes en las redes sociales, y aunque a veces cansa un poco, acaba encajando de fábula en la narración.
También hay que destacar los efectos de sonido que ayudan bastante a ponernos en la piel de sufrido protagonista. La omnipresente lluvia o los sonidos de publicación del móvil consiguen ponernos en tensión, pero por desgracia no tanto como uno esperaría. De hecho, el tono de la banda sonora le quita tensión.
BALDÓMETRO: Buena (4/5)
VINCENT MUST DIE, franceses que matan con la mirada
¿QUIEN LA HACE Y QUIEN SALE? Está dirigida por el francés Stéphan Castang, actor que debuta en el largo después de escribir y dirigir los cortometrajes French Kids (2011), Panthéon Discount (2016) y Finale (2020). Los protagonistas son Karim Leklou y Vimala Pons.
¿DE QUÉ VA? De la noche a la mañana un hombre empieza a ser atacado por personas extrañas con claras intenciones homicidas. A medida que las cosas se descontrolan violentamente y el fenómeno se intensifica, se ve obligado a huir. Por el camino descubrirá que no está solo y… se enamorará.
CRÍTICA | Una buena premisa y malas decisiones. Está prometedora cinta francesa empieza muy bien y sorprende en su presentación de cartas, sobretodo en el quirúrgico uso del humor negro y en cómo empatizas con el protagonista, pero las buenas sensaciones desaparecen.
La historia pega un giro más hacia el drama romántico y a partir de ahí ya no volverá a ser como al principio. Tiene su picos de atención pero el ritmo pierde fuerza y la segunda mitad, que se hace muuuuuy larga, directamente aburre.
¿Tenemos una crítica a la sociedad crispada de nuestros días? Ahá. ¿Reflexionamos sobre la necesidad del amor para superarlo todo? Vale. ¿Te da bajona? También.
BALDÓMETRO: Meh (2,5)