Los niños de Winton es la última película de James Hawes. Se trata de la primera incursión de este cineasta fuera de la televisión, pues es conocido por sus diversos capítulos de Doctor Who y Black Mirror. En esta ocasión opta por un biopic de Nicholas Winton.
Se trata de una historia maravillosa, bella e interesante a partes iguales, con un gran potencial emocional. Justo en el estallido de la Segunda Guerra Mundial cientos de niños en Praga se encuentran a la merced del invierno y la hambruna, el protagonista y un grupo de compañeros se dispusieron a trasladarlos a Gran Bretaña con familias que los acogieran mientras durara el conflicto. La película trata el relato a través de dos líneas temporales, un Nicholas Winton joven y otro de mayor, no voy a comentar más para no incurrir en spoilers.
El contenido es muy potente, el resultado efectivo, pero no remarcable. Te hace sufrir y es altamente lacrimógena, pero el director se ha pasado de precavido. No hay en el film rastro alguno de marca autoral, pareciendo más un encargo que un algo propio. Puede que esto sea debido a que está acostumbrado a llevar a cabo proyectos ajenos para series de TV.
Resumiendo: Los niños de Winton’ es un buen relato de una gran historia, pero sin llegar a mucho más. Aunque sí que creo que este tipo de historias deben seguir siendo contadas para no olvidar el pasado, un poco más de “salsa” sería ideal para complementar el buen “calçot” que tenían como historia.
BALDÓMETRO: 2,5/5 Aprobado justo