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Desde los créditos finales de Cazafantasmas: Más allá sabíamos que habría una segunda parte (cuarta parte, mejor dicho) y que volveríamos al origen de todo, a Nueva York y más concretamente, a la icónica estación de bomberos Hook & Ladder Company 8. Lo que no sabíamos es que el resultado nos dejaría tan frío.

Entretener, entretiene, pero esperabas mucho mas. Sus mayores problemas son su ritmo irregular, las tramas muy descompensadas y los personajes demasiado forzados. Cada viaje de cada miembro de la familia Spengler está muy claro pero no así la importancia. La trama de Phoebe es la principal, pero aburre y es la que más rotura de ritmo tiene; el viaje de madurez de Trevor es una chorrada y los personajes de Podcast y Gary están muy desaprovechados, por ejemplo.

Eso sí, de todas las tramas que tiene ese guión la única potable y potente es la de Ray Stanz, cuyo peso es de lo mejorcito en el primer tercio de la película. Una trama que realmente interesa, honra al personaje que conocemos desde 1984 y que profundiza con una nueva mitología y un universo expandido muy molón que ni hueles en los tráilers. Ojalá hubiera seguido más por ahí.

Los otros Cazafantasmas originales (para disfrute del buen fan) hacen acto de presencia a lo «old school» al final. Un final infantil y de resolución fácil para un villano que imponía bastante hasta entonces. ¿Humor? Claro que tiene, pero demasiado; sobretodo a través del nuevo personaje encarnado por Kumail Kanjiani que al menos entra bien.

Eso sí, no hay que menospreciar la dirección de Gil Kenan (responsable de películas como el remake de Poltergeist (2015) o del primer episodio de la serie Scream) que mejora lo visto en la primera (tercera) parte en las escenas de acción, ya sea con el Ecto-1 o con la trama de Stanz. Y a destacar la mezcla de efectos efectos especiales tradicionales y CGI, como por ejemplos en las escenas de Slimer.

BALDÓMETRO: 3/5 No está mal

https://www.youtube.com/watch?v=0fLk5_6lSZ4