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Parte 2: Creación del tráiler en USA y en España

Parece mentira pero hoy en día el papel de un tráiler de cine es vital en la industria cinematográfica, ya que condensan de la forma más atractiva posible la historia de una película y sirven para dar al espectador una primera impresión. Y, en publicidad, la primera impresión es la que cuenta. Y que mejor forma de promocionar y hacer atractiva una película que con una película en miniatura, porque en el fondo eso son lo que son los tráilers.

Los atractivos fundamentales de un trailer son su historia, sus estrellas y su género; éste último va asociado al sexo de la audiencia. Se asume que las películas románticas van dirigidas al público femenino y el género de acción, al público masculino. A la gente que le gustan ciertos géneros en especial les gustan también ciertos trailers y desconectan cuando ven trailers que pertenecen a otros géneros. Los espectadores toman decisiones basados en sus expectativas, basadas en sus conocimientos de cada género; su juicio determina cómo hay que dirigirse a ellos. Por eso las audiencias son definidas, encasilladas por la industria en sus estudios de mercado. Y por eso también es esencial clasificar cada película dentro de un género.
 
 

El trailer debe crearse siguiendo cierta estandarización o estructura pero también tiene que distinguirse de otras películas similares del mismo género. Los aficionados a los géneros quieren ver películas similares a otras pero no idénticas. Elementos fundamentales como los eslóganes, la música, los efectos sonoros, la edición ayudan a marcar distinciones entre diferentes géneros. Por ejemplo, en una película de acción, el trailer tendrá un montaje rápido de escenas y en drama, los planos durarán más tiempo en pantalla.

Hoy en día en Estados Unidos, ningún director y su editor montan trailers. Está todo hecho en agencias de marketing llamadas ‘trailer houses’. Estas agencias tienen mucha presión por parte de los grandes estudios porque, cuando la película funciona bien en taquilla, les elogian; pero cuando va mal, culpan al trailer. Eso sí, ya pueden aguantar la presión sabiendo lo que cuesta hacer un tráiler. Los estudios se gastan entre 100.000 y 200.000 dólares en cada tráiler, aunque la cantidad puede elevarse hasta 1 millón de dólares si en el tráiler viene incluida alguna canción en especial. Algunas de las agencias, más importantes son ‘The Cimarron Group’, ‘The Ant Farm’, ‘Aspect Ratio’, ‘Trailer Park’, ‘Mark Woollen & Associates’, ‘Mocean’, y suelen tardar unas pocas semanas en hacerlos.
 
 

Mientras la película se edita en el estudio de cine, el editor monta el trailer. Debido a esto, el trailer puede contener material que el editor de la película no vaya a utilizar, o el editor del trailer y el editor de la película pueden estar usando diferentes tomas de un mismo plano. El trailer se estructura con la inclusión de partes fundamentales de la historia, tratando de omitir datos importantes de la trama, pero todos sabemos que a veces eso no ocurre y que algunos tráilers SPOILEAN y destrozan la trama sin escrúpulos.

El material de la película como su montaje se escoge cuidadosamente con el objetivo de resaltar la excelencia de la película. A la hora de crear el trailer, hay diferentes fórmulas para usar y una única película que vender. Decidir el tipo de discurso audiovisual es todo un arte. Una buena regla a seguir es que contra más largo sea un trailer, menos gente estará interesada en la película. Aburrir al espectador es algo que debe impedir a toda costa el editor, la figura más importante en la industria de los trailers.

El editor es un artista cuyo trabajo es el de captar la esencia de una película y comprimir su historia con escenas y diálogos que establezcan una continuidad argumental. La intervención del editor en los cortes, las transiciones, la medida de los planos y las secuencias es lo que hace que el trailer funcione. Mientras que el productor es responsable en escribir el guión del tráiler, la función del editor es seleccionar las escenas más emocionantes, los efectos sonoros, la música, los elementos gráficos y, sobretodo, mantener el trailer dentro de los 2 minutos 30 segundos permitidos por la Motion Picture Association of America (MPAA).
 
 

¿Y en España qué demonios ocurre? Pues no sólo la industria del cine en nuestro país está espabilando, y equiparándose poco a poco con el de Hollywood y sus películas, en el que se cuida todo, y nada se deja para el final, sino también en el mundillo de hacer tráilers. Pero para hablar de los tráilers en nuestro país hay que hacer dos grupos: 1) Los tráilers que se hacen aquí con nuestras propias películas y 2) Los tráilers en español que todos conocemos cuya fuente de video y materiales cogemos de lo que nos dan las distribuidoras americanas.

Empecemos por lo patrio y con una máxima: nuestros tráilers no gustan. Cuando los vemos nos suelen despertar bastante indiferencia o rechazo. ¿Será porque son sosos? ¿Porque cuentan demasiado? ¿Porque parecen cutres? No se sabe pero no tienen nada que ver con los tráilers americanos. Mientras que el estreno del tráiler de una cinta americana se convierte en un acontecimiento mediático, como ya hemos visto, raro es el caso de un tráiler español que consigue llamar la atención del público, poniéndose en boca de todos y arrastrando a unas masas. Eso sí, hay excepciones, como las que encontramos en los tráilers de ‘Torrente 4’ o ‘[REC]3: Génesis’, que fueron originales y nos sorprendieron a todos.

Veamos como se crea un tráiler español (que no es lo mismo que un tráiler EN español) desde cero. Al igual que pasa en Estados Unidos, aquí en España el proceso de elaboración de un tráiler comienza con un briefing en el que los departamentos de márketing de las productoras y las distribuidoras determinan el público objetivo al que tiene que apelar el tráiler. Con estas indicaciones, y con los materiales que se facilitan (que van desde un primer montaje a la película entera) empieza una carrera contra el tiempo que implica a montadores, técnicos de laboratorio, locutores y directores de márketing.
 
 

En el caso de una película de presupuesto medio y si tienes las ideas claras y los materiales a tu disposición, se puede hacer un buen tráiler entre un mes y medio; y dos meses si es un proyecto más gordo. Eso sí, hay tráilers que se hacen más fácilmente que otros. Como en la vida, hacer reír y hacer llorar es lo más difícil en el cine, así que hacer un buen tráiler para un drama o una comedia es difícil ya que no quieres destripar mucho el argumento (aunque ya sabemos que a veces NO pasa). El súmmum de las complicaciones llega con el cine independiente, con poca espectacularidad visual ya que sus imágenes no son tan llamativas. Por el contrario, los tráilers para un thriller o una película de terror son más fáciles, porque proporcionan ocasiones para el suspense y en el fondo todo es cuestión de buenos planos y buena música.

Vale, ya sabemos más o menos como se hacen, pero ahora que estamos en crisis y hay tanto recorte la pregunta es: ¿Cuanto cuesta hacer un tráiler en España? Muchos profesionales prefieren omitir el dato pero hay alguna que otra fuente anónima que habla de un baremo de entre 6.000 euros, para una película modesta, y 20.000 para una gran producción. Parecerá caro, pero recordad que hacer los tráilers es barato en comparación con otros aspectos del rodaje, y tal y como pasa en territorio yanki, en proporción a lo que cuesta y al impacto que tiene en el público, el tráiler es el elemento más rentable en la promoción de una película. Junto al cartel, el tráiler es la clave, vamos.
 
 

Vayamos al segundo grupo. El de las distribuidoras, ya sean americanas con departamento en España o distribuidoras españolas, que no es que hagan los tráilers, sino que «simplemente» los doblan y ponen los textos (cartelas) en castellano. En este grupo hay dos claras diferencias: si la distribuidora es una major, como Fox, Universal o Warner, con mucho dinero, hacen lo que quieren cuando quieren, como sacar varios tráilers y spots; o si es una distribuidora pequeña, que no se puede permitir lujo y que van al grano y ajustados al guión.

Eso sí, un camino será más fácil que el otro, pero los dos llevan al mismo sitio. Una vez que se recibe los materiales de la película, que pueden ser mediante dvds, bobinas o con direcciones en ftps, la gente se pone a currar con ellos. Las empresas de doblaje, los del laboratorio, los de la infografía, todos ellos, trabajan a contrarreloj para tener listo el tráiler provisional. Una vez que tienen acabado el tráiler, si es una major, se hace un screening de éstos para ver las primeras reacciones de la gente y sus expectativas. Lo demás ya es historia.