Si algo bueno tenía Escuadrón suicida (2016) era Harley Queen. Margot Robbie encarnando a la chalada novia del Joker desnatado nos maravilló en seguida y cuando estaba en pantalla (bate en mano, of course) irradiaba magia. Así que un spin-off suyo estaba cantado.
Eso sí, nos podrían haber dicho que sería una versión femenina de Deadpool (2016). Las similitudes con la cinta del mercenario bocazas de Marvel son tantas que la comparación es inevitable. ¿Entonces funciona como esa? A medias,
La cinta de la desconocida Cathy Yan bebe de ella pero no es tan macarra ni bestia. Tiene sus propias virtudes, pero lo que más choca desde el principio es ver que tiene una narración fragmentada que va dando tumbos entre flashbacks y el presente usando la omnipresente voz en off de Harley que irá narrandolo todo con mayor o menor acierto. Un estilo Deadpool pero… literalmente se pasan.
Te tiene que entrar bien, pero si consigues aguantar su caprichoso montaje podrás disfrutar de un buen entretenimiento. Hay momentazos de humor, grandes escenas de acción con peleas cuerpo a cuerpo, cámara lenta a lo Guy Ritchie, música cañera y un aspecto visual muy colorido a lo cómic. Porque si algo tiene Aves de Presa es que es bonica a rabiar.
En lo referente al reparto sobra decir que Robbie se sale cuando no cae en parodia de sí misma. Está cómoda, abraza desde el drama a la locura que tanto nos gusta y nos regala muchos momentos memorables. Pero hay que destacar a dos secundarios roba escenas: un pasadísimo y para nada olvidable Ewan McGregor y una divertida (involuntariamente) Mary Elizabeth Winstead.
Si no se tuviera al final la sensación de que se han quedado a medio gas y haber recortado ese montaje loco (y no me vale decir que es como la mente de Harley) posiblemente hubiéramos disfrutado de ella como si nos zampáramos un buen sandwich de huevo con bacon. Eso sí, ¿os acordáis de cuantas pavas iban disfrazadas de Harley Queen en 2016?. Volverá a pasar este año. Y POR ALGO SERÁ.
Baldómetro: 3/5 No está mal
Lo mejor: Las escenas de acción del tercio final.
Lo peor: Esa narración fragmentada te descoloca y llega a cansar.