Christopher Nolan vuelve a conmocionarnos con este magnífico largometraje bélico, obviamente, dirigido y escrito por él mismo. Con este filme logra transmitir una impresión muy humana y veraz del milagro de Dunkerque, una operación que se llevó a cabo durante la Segunda Guerra Mundial en la costa francesa para que el gobierno británico pudiera rescatar a soldados británicos, franceses y belgas.
La trama se centra en tres personajes completamente dispares y de diferente rango, interpretados por Fionn Whitehead (soldado), Tom Hardy (piloto de caza) y Mark Rylance (civil). El desarrollo y la evolución de estos tres protagonistas son los pilares del guion, cuya fuerza no se basa en diálogos vacíos, sino en la expresividad de las miradas y en el uso de las palabras adecuadas.
Como ya sabemos, Nolan tiene predilección por jugar con las líneas temporales, por lo que ‘Dunkerque’ no podía ser menos. Se nos presentan tres: cada una corresponde a las vivencias de los tres protagonistas durante una semana, un día y una hora respectivamente. Así pues, vemos la peligrosa carrera contrarreloj de un soldado británico en tierra a lo largo de una semana, la valiente hazaña de un civil en un barco a lo largo de un día, y la incesante batalla de un piloto de cazas en el aire a lo largo de una hora. Estas tres líneas paralelas quedan cohesionadas y concatenadas, prácticamente te llevan de la mano.
La composición musical, a manos de Hans Zimmer, también proporciona fluidez y ritmo a la historia. Desde el minuto cero, partimos con una base orquestal que nos pone en tensión y, además, de fondo vamos escuchando el sonido de un metrónomo que parece que marque la cuenta atrás del rescate.
Por último, el despliegue de efectos especiales y la recreación de escenas bélicas que ha precisado esta gran obra maestra está completamente justificado. Necesitaron a 6.000 extras y además usaron buques de guerra, botes e, incluso, un caza Spitfire. Todo ello, junto a una ambientación gris y sobria, le aporta un realismo inigualable y te traslada al corazón de la batalla para que sientas la angustia de la lucha por la supervivencia. En este filme, el dicho «una imagen vale más que mil palabras» cobra vida.
Lo mejor: El resurgimiento de Nolan en la gran pantalla con una superproducción de este calibre.
Lo peor: El sentimiento patriótico bélico y el ritmo pausado de los cambios de líneas temporales.
Baldómetro: Muy buena 5/5