Lejano Oeste. Rio y su hermana Sara, dos adolescentes, huyen de un hogar violento perseguidos por el villano de la película. Rio se irá encontrando en su viaje con Billy el Niño y Pat Garrett, un convincente Ethan Hawke, y tendrá que ir decidiendo si, para sus intereses, es mejor seguir al primero y convertirse en un forajido o confesarse al sheriff Garrett y pedir ayuda a la ley.
Vincent D’Onofrio, que también se guarda un papel, le pone voluntad dirigiendo este western que falla en varios aspectos. Un montaje que provoca unos saltos incomprensibles en la narración, como si te hubieras quedado dormido cinco minutos y no sabes donde estás. Añadido a una excesiva oscuridad mal iluminada. Además de alguna que otra interpretación justita.
Sin embargo, es curioso el encaje de las dos historias que se cruzan tanto la de Río, como la persecución de Billy por Pat Garrett y lo que influye en la vida del chico. Un western sencillito con un inicio potente para muy amantes del género polvoriento.
Lo mejor: Ethan Hawke
Lo peor: Un mal montaje del que se resiente la narración.
Nota: 2,5/5