Con ‘Star Wars: El despertar de la fuerza’ (2015) tuvimos un chute de nostalgia a la hora de ver a nuestros antiguos héroes otra vez en pantalla grande, pero la nostalgia a veces es venenosa y no dejaba ver que los guiños y las referencias en la estructura eran un copy-paste que enturbiaban la experiencia. Pues bien, ahora ha llegado un señor llamado Rian Johnson que le ha dado a la vuelta a todo como si fuera un par de calcetines y ahora mismo sólo queremos correr desnudos con ellos.
Esta octava parte corrige, repara, sana (llamadlo como queráis) el posillo amargo que tenía la cinta de J.J.Abrams y nos brinda puro espectáculo al servicio de constantes e inesperados giros de guión, apariciones sorpresa que harán dar aplausos, conflictazos entre personajes y muchísima innovación dentro del Universo SW. Definición fácil: es una fusión de ‘El imperio contraataca’ y ‘El retorno del Jedi’.
En lo técnico nos encontramos con una dirección cuidada e inteligente que nos brinda secuencias de acción memorables (por el espacio, por tierra, duelos con sables láser…) y algún que otro plano digno de ser enmarcado que junto a la banda sonora de John Williams nos pondrá los pelos de punta. Por cierto, en esta ocasión el trabajo de Williams brilla más que en la anterior.
Eso sí, el guión tiene algunos detalles que chirrían un poco como alguna resolución patillera, una subtrama que se alarga o dispersa demasiado y ciertos tópicos del género, pero sabe lo que queremos ver, cómo lo queremos ver y nos proporciona la epicidad emocional necesaria para mantener la tensión de la trama. Además sabe usar bien el humor, palpable desde los primeros minutos o cuando retomamos la escena del final de el Despertar con Luke y Rey.
En lo que respecta al reparto destacar que Mark Hamill se entrega en cuerpo y alma al papel de Luke Skywalker, epicentro de esta entrega que básicamente gira en torno a la fuerza en dos grandes tramas: las conexiones entre quienes la portan (Kylo Ren-Rey) o el debate de para qué sirven los jedis haciendo tambalear algunos pilares de la saga original (Rey-Luke). Sin aburrir, sin distraer, sin dejar de flipar.
De Carrie Fisher poco se puede añadir salvo que da una inmensa pena recordar cada vez que aparece (sin saber si es CGI o no) que falleció las pasadas navidades. Hablando de CGI, destacar el trabajo hecho con el personaje de Snoke, ahora más imponente y peligroso que su versión holográfica de la primera. Oscar Isaac gana protagonismo, John Boyega anda un poco perdido y BB-8 sorprende por sus nuevas habilidades. ¡Ah! Los Porgs no dan por culo y encajan bien.
En definitiva, ante nosotros tenemos la mejor película de la saga con un brutal entretenimiento que hará disfrutar a los seguidores de la franquicia que agitarán excitados sus sablesláser y fascinará a los que sólo piensan que la fuerza sirve para levantar piedras. Ahora mismo lo tiene muy complicado Abrams para hacer que el ‘Episodio IX’ sea el broche de oro que todos deseamos.
Lo mejor: Los giros de guión y los descubrimientos tras ellos.
Lo peor: Cierta sub-trama que dispersa la atención principal.
Baldómetro: 5/5 Muy Buena