Y así sin darme cuenta ya se está acabando Sitges 2020. Penúltimo día. Esta mañana ha tenido lugar la rueda de prensa con el palmarés del festival (yo la he seguí desde el parque) así que todo el «pescao» ya está vendido. Sólo quedar apurar visionados y a mi me quedan dos.
Rueda de prensa del palmarés
Se podría intuir, pero no ha sido hasta la mañana de ayer que se supo que POSSESSOR, el techno-thriller del talentoso Brandon Cronenberg, se ha llevó los premios de Mejor Película y Mejor Director en esta atípica y vírica edición del Festival de Sitges.
El jurado formado por el productor David Matamoros, el director Víctor García (‘Gallows Hill’), la productora María del Puy Alvarado, la actriz Juana Acosta y el agitador cultural/twittero Borja Crespo también otrogó a LA NUBE, del francés Just Philippot, el Premio Especial del Jurado y el de Mejor Interpretación Femenina. Por el otro lado, el Premio de Mejor Interpretación Masculina se lo han llevado Grégoire Ludig y David Marsais por encarnas a los dos tontos muy tontos de MANDIBULES, de Quentin Depeaux.
La catalana LA VAMPIRA DE BARCELONA, de Lluís Danés, recibió el Gran Premio del Público, y el de Mejor Guión ha sido para Márk Bodzsár, István Tasnádi y Juli Jakab por su labor de escritura en la historia de vampiros comunistas en los años 70 de COMRADE DRAKULICH.
Para ver los demás ganadores sólo tenéis que entrar en la web oficial del festival o directamente tragarse la rueda de prensa que han colgado en YouTube y que os dejo a continuación. De hecho es interesante verla ya que se toca el polémico tema del amiguismo en los votos de LA VAMPIRA DE BARCELONA.
‘POST MORTEM’, muertos húngaros poco fotogénicos
¿QUIEN LA HACE Y QUIEN SALE? Esta es la cuarta película detrás de las cámaras de Péter Bergendy y en el reparto destacan Viktor Klem, Fruzsina Hais y Judit Schell.
¿DE QUÉ VA? Un ex-soldado de la Primera Guerra Mundial que trabaja como fotógrafo de personas fallecidas llega a un pueblo que ha sido víctima de la pandemia de la Gripe Española. Allí descubrirá una serie de sucesos paranormales y formará equipo con una niña huérfana para descubrir lo que está sucediendo.
CRÍTICA | Lo que podría haber sido un Expediente Warren húngaro con un tema muy potente, se queda en una película desaprovechada por su guión flojeras, unos personajes confusos y una narración estancada.
La atmósfera y la ambientación de posguerra está muy conseguida y va como anillo al dedo para una historia donde ya sólo la propuesta de hacer fotos a los muertos da malrollito, pero el problema viene a la hora de generar miedo.
Vale que hay puntuales momentos escalofriantes pero luego somos testigos de unos efectos digitales muy cutres a la hora de mostrar sombras malignas o posesiones de los fiambres que por otro lado dan vergüenza ajena ¿Queréis saber cuando se me han puesto los pelos de punta? Cuando el protagonista interactua con la niña lanzándole miradas seductoras o abrazándola.
La relación entre los protagonistas es más turbia que clara, pero es que además la niña actua fatal. No sólo la actriz no transmite empatía ni credibilidad sino que directamente se le escapa una sonrisa cuando no toca y te distrae. ¿Really?
En fin, si dejas pasar todo lo malo y aguantas al menos la interesante investigación de la pareja con placas fotográficas, salas de revelado, fonógrafos o cuerdas con campanas llegarás a un tercer acto sin frenos donde el espectáculo visual está servido incluso a plena luz del día.
Realmente da rabia, porque el tema tiene mucho potencial y al acabar su visionado no dejas de pensar que quizás en otras manos más diestras o en un futuro remake de aquí saldría una película de la hostia.
BALDÓMETRO: Regular (2,5/5)