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‘SPUTNIK’, simbiontes rusos espaciales

¿QUIEN LA HACE Y QUIEN SALE? Debuta en la dirección Egor Abramenko, quien trabajó como ayudante de dirección en Atracction (2017), y está protagonizada por Oksana Akinshina, Fedor Bondarchuk y Pyotr Fyodorov, entre otros.

¿DE QUÉ VA? En el apogeo de la Guerra Fría, una nave espacial soviética se estrella después de que una misión salga mal. El único superviviente del desastre quedará aislado en una instalación militar ya que algo ha regresado a la Tierra con él.

CRÍTICA | Esta cinta rusa de ciencia-ficción con toques de horror no tiene nada que envidiar a las producciones de Hollywood. Eso sí, tanto en lo bueno como en lo malo. Empieza muy bien y acaba dramáticamente regulinchi.

Hasta más o menos la mitad no puedes dejar de mirarla y ahí farda de virtudes: presentación de personajes interesantes, una narracion del misterio del caso que va inscrescendo, una cuidada ambientación/fotografia que nos hace meternos en los años 80 con ese aroma de instalaciones científicas/militares y un diseño del alienígena muy trabajado en los que a FXs se refiere.

Pero de repente… bajona. El ritmo decae con subtramas que rellenan más que aportar algo y un aire a telefilme entre los personajes principales que deja un poco de lado la ciencia-ficción. La banda sonora intena arreglarlo pero al final acaba cansando y las escenas de acción aunque no se cortan en mostar sangre, se sienten forzadas para rellenar «el cupo» de horror de la pelicula.

BALDÓMETRO: Buena (4/5)


‘NO MATARÁS’, la noche más tensa de Mario Casas

¿QUIEN LA HACE Y QUIEN SALE? Dirige David Victori, responsable de El pacto (2018), y está protagonizada por Mario Casas, Milena Smit, Elisabeth Larena y Fernando Valdivielso.

¿DE QUÉ VA? Tras el fallecimiento de su dependiente padre, un buen chico decide emprender un viaje por todo el mundo para vivir la vida. Pero la noche antes conoce a una chica tan inquietante y sensual como inestable, que convertirá esa larga noche en una tensa y salvaje pesadilla por las calles de Barcelona.

CRÍTICA | Aunque se toma su necesario tiempo para arrancar tras presentar a los personajes, una vez que se pone a ello este thriller inmersivo te da una patada en el estómago y te remueve por dentro.

El espectador es testigo a un palmo de distancia de la peor noche Mario Casas. El que para muchos es sólo «un cuerpo bonito» demuestra en su mejor papel hasta la fecha que es capaz de darlo todo en una interpretación tensa y salvaje. Vale que al principio cuesta acostumbrarse a verlo con gaficas en plan tontico que nunca ha roto un plato, pero luego ni lo piensas.

Para mimetizarnos con la vivencia del personaje, Victori ha potenciado una dirección con una acertadísima cámara en mano usando largos planos secuencia (me encanta la NucaCam ® ), desenfoques o ángulos aberrantes. Cuando empieza «lo bueno» el ritmo y el montaje son puro nervio y ahí es cuando notas en tus carnes la escalada de asfixia y angustia que sufre el personaje.

Otro punto a favor es la fotografía a base de luces de neón en una Barcelona laberíntica y subterránea o la música urbana que acompaña desde el minuto para presentar a Mario Casas y luego a la debutante Milena Smit, cuya brutal interpretación nos hará sentir un deseo salvaje de… de… bueno… ya lo veréis. ¡Otro chupito!

Sin embargo hay que comentar que en ese descenso a los infiernos algunas situaciones pueden pecar de ser disparatadas o tener muuuuuchas casualidades, pero sin duda el viaje que te propone la película es tan potente como hacer puenting borracho. Y ojo con el final que bien seguro frustará a más de uno.

BALDÓMETRO: Buena (4/5)